Llegamos cansados, con poca respiración, llenos de dolor y de tristeza, con el corazón roto y con pena ante tanto atropello al ser humano, con el alma quebrada y la mirada eclipsada por un chorro de lágrimas mientras observamos la caravana, el viaje de tantas hermanas y hermanos entre ellos David Romero Elner quien ha partido hacia la mejor morada, al punto inflexible que no admite retorno alguno hacia un ambiente de desprecio, persecución, tortura y abominación.
Estos son momentos, tiempos, época de grandes riesgos e incógnitas, afloran las preguntas existenciales más osadas que dejan relucir el miedo a la trascendencia y el miedo a la existencia. Es un punto de quiebre en la historia del universo, en la historia de la humanidad y en la historia de este país puntiagudo que en su efigie se observan clavos de distintos tamaños y grosor, metidos hasta el extremo y los arquitectos del crimen, inclinados martillando sin descanso, y aun después del último suspiro, la lanza se levanta y se incrusta en el costado ya sin vida.
De verdad, este es tiempo de elevadas olas encrespadas de la maldad. Estamos corriendo al filo de dos posibilidades, vida o muerte, por decreto de elite. Es un momento en el que con amor y sin miedo a la inexistente represión podemos preguntar ¿Qué fue lo que hiciste señor? ¿La obra de tus manos, salió con el corazón podrido y las manos largas para meterlas sin asco en el tesoro nacional? Apenas salido de tus manos y de tu tierra; Lempira, Cortes, Sata Bárbara, Francisco Morazán, Colon, Copan, Olancho, Choluteca, Yoro, Comayagua, Valle, la Paz, Ocotepeque, Intibucá, Atlántida, el Paraíso, América, Europa, Asia, África, Oceanía, etc. se ha levantado una torre mayor a la de babel, están tan alto y tan lejos, pero se lanzan con los dientes afilados sobre la vida, sobre el pueblo y sus bienes, el saqueo es permanente y pulen finamente el arpón que sacrifica a una víctima sin pecado y sin mover siquiera la quijada.
Treinta mil compatriotas mal contados, y mil difuntos también mal contados o al menos, nos han mal informado, son testigos de la ausencia de oxígeno, camas, medicamento, cobertura sanitaria, atención médica adecuada. Cinco millones de humanos somos testigos de la abundancia de comida pero sin poder obtenerla. Los hombres y mujeres que han suplantado al hacedor de la vida, han perfeccionado sus instrumentos y estrategias para matar al prójimo y sigue la negación “yo no fui” ¿acaso soy yo el guardaespaldas de mi hermano? Lo cierto es que da igual morirse en la casa o un hospital, en la calle o en una cárcel. Ni el hospital, ni la cárcel, ni la calle, ni la casa es lugar seguro, David Romero, Snider Centeno y compañeros en Triunfo de la Cruz son evidencia este dia.
En este camino lleno de asaltantes, matones y criminales con saco y corbata ostentando los primeros lugares en la tribuna gubernamental, y criminales también al mando de los batallones sosteniendo con los fusiles el pecado más mortal que tiende a acabar con la sociedad, parece no tener límite. El camino está lleno de cuerpos que levantar, preparar y enterrar, y familias que consolar. Los pocos samaritanos que aún quedan no deben pasar de largo, bajen de sus cabalgaduras, instituciones, medios y comodidades porque las hijas e hijos de Dios están por millares cayendo en manos de los bandidos organizados y gobernando. El templo está en la calle y en la victima.
¿Qué mueve a un hombre y una clase social al extermino de los humildes e indefensos? Lo que el hombre hace, es la manifestación de lo que abunda en su corazón. Estamos en lo social, económica y militarmente bajo el imperio de un grupito de asaltantes pero con un gran ejército y reconocemos, no tenemos ordenada la fuerza y el poder político popular que poseemos para cambiar las cosas en el corto tiempo, nuestras fuerzas se diluyen en muchas iniciativas que apenas llegamos a evidenciar los crímenes en la realidad, la unión es nuestro talón de Aquiles, bien sabemos que la realidad no solo debemos conocerla, sino transformarla.
Cada dia la carga de duelo y de impotencia aumenta, la muerte hace oír sus pasos por todos lados, pero cada dia también miramos salir el sol o caer la lluvia, los pétalos se abren y nacen las flores, las aves levantan vuelo y surcan el universo, y la niñez llena las casas y las calles de sonrisas. Las mujeres trabajan, resisten y pelean por la vida poniendo el acento de la esperanza y la ternura, los obreros ofrendan sus energías en las fábricas y los bancos, etc., otros se encierran y en su oración se hacen uno con toda la humanidad, los poetas recitan más duro y la vida se levanta todos los días desafiando a la dictadura. La vida es una corriente invencible, porque la fuente que la produce es invencible. Llevemos el cementerio en el alma y el amor en memoria que fluya en la palabra, resistiremos el tiempo que sea necesario, nos levantaremos y triunfaremos. Morir no es el problema, sino el morir en el desprecio, el abandono y la criminalidad. Existe el derecho a morir bien.
“La vida se ha de llevar con bravura, y la muerte se ha de esperar con un beso”. José Martí.
#LA LIBERTAD DE LOS DEFENSORES DE GUAPINOL Y SAN PEDRO, DEBE SER YA.
Juan López
DPD, Pedagogo
18, julio 2020