En su informe 2019 sobre la “Situación de los derechos humanos en Honduras”, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señala tres cuestiones: Primero, que la violencia “contra periodistas y la impunidad de estos crímenes continúa afectando seriamente el ejercicio del derecho a la libertad de expresión”.
Segundo, que las personas periodistas y comunicadoras sociales enfrentan un elevado riesgo de ser víctimas de violencia si “investigan y cubren asuntos sobre corrupción, crimen organizado, protestas sociales y reivindicaciones de territorios”.
Tercero, que la mayoría de asesinatos en contra de estas personas permanece en la impunidad, lo cual ha generado miedo y autocensura entre ellas, “así como una profunda desconfianza en las autoridades públicas para lograr justicia”.
Esta situación convierte a Honduras en el segundo país más letal para una persona periodista o comunicadora, y en un lugar más peligroso que algunas zonas de guerra, de acuerdo con el Instituto Internacional de Prensa.
El asesinato de Nery Jeremías Orellana es un ejemplo de ello. Cuando lo asesinaron tenía 26 años, era director de Radio Joconguera, ubicada en el municipio de Candelaria, Lempira, y se desempeñaba como corresponsal de Radio Progreso.
Mantuvo una posición crítica frente al golpe de Estado en 2009 y denunció las deficiencias en los servicios de salud pública administrados por la Mancomunidad de Mocalempa, así como en el manejo de los fondos de la cooperación internacional recibidos por el Comité Central Pro-Agua de Desarrollo Integral.
Hace 9 años, un 14 de julio de 2011, fue interceptado por unos sicarios cuando viajaba en motocicleta hacia la radio Joconguera, quienes le dispararon en la cabeza. Hasta el momento, este crimen se encuentra en la más absoluta impunidad.
Este asesinato refleja dos cuestiones fundamentales: primero, que el Ministerio Público del “Fiscal 5 Estrellas” no ha querido o ha sido incapaz para investigar este y la mayoría de crímenes relacionados con el ejercicio de la libertad de expresión.
Segundo, que el ERIC-SJ y la Clínica de Derechos Humanos Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), hemos tenido que acudir a la Comisión Interamericana en representación de la familia con el fin de que se esclarezca la verdad sobre el asesinato de Nery Jeremías.
Original: Radio Progreso