Es habitual que en la dieta humana se consuma alguna cantidad de azúcar para ciertos alimentos y bebidas; se pasa por desapercibo inconscientemente del daño que se le hace al cuerpo porque se desconoce de donde proviene la azúcar extraída de los grandes ingenios azucareros que pasa a través de la explotación humana y ambiental.
Después de atravesar algunos metros entre el monte y la milpa, se pudo apreciar el rio San Antonio, en el municipio de Zacatecoluca, La Paz que yacía tranquilo y sereno en su cauce, el sol penetraba en la piel y se acoplaba perfectamente al escenario junto al rio y los árboles. En el lugar se encontraban líderes de la comunidad que a continuación darían un recorrido sobre el detrás de este escenario tranquilo, expuesto por muchos años ante el ojo público, pero a la vez ignorado por el estado.
José Rosales, un hombre de la comunidad Agua Zarca en Zacatecoluca, ahora líder de protección civil y voluntario en el cuido de bosques y ríos, quien ha trabajado para el sector de caña de la zona, relata abiertamente el abuso de explotación ambiental y humana que la industria cañera genera día con día.
“Estamos haciendo una visita en el rio San Antonio, viendo el desbordamiento que está afectando a 13 comunidades, nosotros no contamos con agua, mi comunidad es de las principales afectadas por la situación de los cañales, de los químicos que aplican en la caña en el momento de la zafra, esa clase de contaminación afecta a la vegetación, arboles frutales, las laminas de las casas se pican del producto que riega la avioneta, llega un tiempo que las láminas agarran moho, hay familias que se llegan a quedar sin techo debido a eso” mencionó José.
Abuso humano en los cañales
José explica que la mano de obra dedicado a este sector es remunerada con 6 dólares al día, un trabajo sobre explotado económicamente y perjudicial para la salud al no equipar a los empleadores con uniforme de protección puesto que siempre están expuestos a los químicos altamente tóxicos para la salud.
“El costo de la tarea de caña son de 6 dólares, vino un periodo como de 2 años que estaba valorado en 8 o 9 dólares. Pero los dueños querían sacar a la gente hasta las 12 del mediodía, y para esa hora la gente ya no aguanta el sol, se logró trabajar 4 horas, desde las 6 hasta las 10 de la mañana siempre con 6 dólares”.
“Algunos hacen 2 turnos, son 12 dólares, y con este fuerte sol algunas personas salen dañadas, algunos no ocupan botas y para eso las empresas no ayudan en dar equipamiento y esto es lo que genera las enfermedades, como la Insuficiencia Renal Crónica. Nosotros somo vulnerables en esas enfermedades”, explica José.
“Los madurantes”
Los municipios de Tecoluca y Zacatecoluca son de los territorios con más proporción de tierras acaparadas para el uso del monocultivo de caña, mucha de esta tierra es de expropiación ilegal para esta actividad al no contar con todos los reglamentos de carácter ambiental. Una situación que cada año se va agravando y la tensión para los pobladores también crece al ver que ninguna institución regula esta actividad, por estar sujeta fuertemente a lazos de poder.
Aunque La Ley sobre el control de Pesticidas menciona los siguiente:
“Dictar las medidas que sean necesarias y prestar la asistencia técnica que las circunstancias demanden, para lograr el empleo eficiente, oportuno y adecuado de los productos a que se refiere esta Ley, de modo que su utilización y manipulación no causen daños a personas, animales, cultivos, corrientes o depósitos de agua, fauna y flora y lugares que corran peligro de contaminación”.
El uso indiscriminado de agroquímicos para el monocultivo de caña sigue siendo alarmante, y quienes sufren en consecuencia son las y los consumidores de azúcar y directamente las familias que habitan en las zonas rodeadas de cañales.
El presidente de la Intercomunal IDES, José Jovel Martínez, menciona“ para los bosques salados uno de los agravantes es el monocultivo de la caña de azúcar porque ha habido destrucción del manglar por la tala de manglares, pero ahora lo que nos ha impactado aquí en el área de los manglares es todo el químico que se tira en los cañales ya sea insecticida o herbicida u otros que se utilizan para las plagas de suelo, eso es arrastrado en tiempo de inundación en invierno y va a dar a la zona de manglar, a zonas protegidas, y esto afecta a la población por la pesca, ya no hay camarón y peces como antes”.
“Ellos nunca dejan la etiqueta normal -prosigue Rosales-, que contiene el producto que están tirando, por ejemplo:
El Roundup es uno de los herbicidas más populares producido por Monsanto es un herbicida basado en el glifosato, utilizado en todo el mundo, incluso en la mayoría de las plantas modificadas genéticamente, las cuales pueden tolerarlo. Sus residuos pueden entrar de esa forma en la cadena alimenticia y se ha detectado contaminación por glifosato en los ríos. Algunas trabajadoras rurales que utilizan glifosato presentan problemas en el embarazo.
“Es un Herbicida que a los 3 o 4 días ya ha quemado todo, ahora dicen que por el riego de avioneta ya no afecta mucho a las comunidades, pero eso no es cierto, se puede ver en los palos frutales que tienen las familias, en sus viviendas, a parte de la salud de los niños, y les cae todo eso, y los cañeros no dan aviso del riego” agrega Rosales.
El Atrazina produce daño del hígado, el riñón y el corazón en animales, Toda la atrazina que es movilizada desde el suelo hacia arroyos u otros cuerpos de agua permanecerá ahí por mucho tiempo debido a que la degradación de esta sustancia en ríos y lagos es lenta. También permanecerá por mucho tiempo en el agua subterránea.
El Acetoclor es un herbicida desarrollado por Monsanto Company y Zeneca. Provoca irritación importante, aunque temporaria, de la vista y la piel. Peligrosa su ingestión o inhalación. puede provocar una reacción alérgica en la piel. Se prohíbe su reformulación o reembalaje. ACETOCLOR 90 NUFARM Hoja de Seguridad _MSDS_ Nueva direccion
El Paraquat: es un herbicida altamente tóxico.
Ametrina: Provoca la muerte posterior de las plantas sensibles.
Para Sonia Hernández lideresa de Tecoluca en San Vicente y parte de La Asociación para El Desarrollo de El Salvador (CRIPDES) menciona que las avionetas riegan los agrotóxicos sin previo aviso. “Dejan ir el veneno a poca distancia de las viviendas sin importar que mate sembrados, contamine el agua y acabe con la vida de los habitantes”.