• Slide Honduras - NO DESPUBLICAR

Conceptualmente la salud es ausencia de enfermedad, entendiendo por enfermedad el estado crítico del organismo humano que se expresa en sufrimiento y dolor física o emocionalmente.

JUAN LOPEZ

Responsables de las enfermedades son las bacterias, virus, hongos o parásitos, entre otros culpables según la concepción clínica que prevalece. El sistema sanitario se mueve según las emergencias alarmantes de la crisis sanitaria, atacando las manifestaciones objetivas en momentos coyunturales de la crisis olvidando las causas subjetivas y estructurales que la producen.

Tenemos un sistema sanitario reactivo, asistencialista, un campo perfecto para la industria farmacéutica que los grandes laboratorios producen y las empresas distribuyen. Para el sistema sanitario diseñado por el capitalismo, no cabe la idea si quiera mencionar que la crisis sanitaria es más que enfermedad en el cuerpo humano, mucho menos aceptar que es una falencia planificada por el sistema. El mundo se ordena en torno al lucro, la ganancia, lo que no genera ganancia, no sirve. Por eso los sistemas de salud entre todos los sistemas públicos están transitando hacia el negocio y la ganancia privada que las mercancías deben producir a nivel de mercado.

Si un día se instaura un modelo sanitario preventivo, es decir que atienda las necesidades del ser humano integralmente mediante un orden agro productivo, ambiental, hidrológico, social, cultural, orgánico, técnico, institucional con pleno conocimiento desde la comunidad, sería subvertir el orden de los que trafican con la enfermedad de los pueblos en la obtención de la materia prima, la fabricación de medicamentos, la distribución comercial de la medicina, la atención médica y la administración pública. Este sistema produce dependencia.

Esta es una concepción impuesta, una visión de la industria medico farmacéutica y del mercado empresarial global. La Organización Mundial de la Salud lo sabe muy bien. Depender de los fármacos y toda la propuesta de antibióticos y analgésicos sin conocer su composición química es confiar algo tan delicado como la salud en un sistema perverso. Los problemas de salud que produce el modo de producción capitalista son muchos y diversos, surge la necesidad de descubrir viejos y nuevos sistemas de salud que deben existir y otra forma de concebir y atender la salud pública.

Ahora mismo, el país está sacudido por fenómenos tan dramáticos, digamos enfermedades terribles como la corrupción, la impunidad, la usurpación, el narcotráfico, la militarización, la mono producción, la violencia, la tortura legalista reflejada en el nuevo código penal, la ocupación por fuerzas extranjeras, etc. en este sistema, nos enfermamos obligatoriamente. La gente estamos sometida a un orden opresor y represivo social, económica, militar, cultural, ambiental, mediático, jurídico y psicoemocionalmente que produce tanta enfermedad y sufrimiento. Las causas de la enfermedad están en la matriz del modo de producción, la manifestación somática de la enfermedad es la comunicación de un riesgo mucho mayor y más profundo que no está en el cuerpo humano, sino en el sistema y la amalgama de contradicciones en que se sustenta. Por tanto, no es posible combatir un virus o la caravana de enfermedades mediante una campaña reactiva cuando se dejan y se protegen las causas que lo producen.  

La sociedad hondureña se denomina cristiana en más del noventa por ciento, entonces fácilmente puede encontrar en el evangelio un consejo y lineamientos para luchar por construir un sistema sanitario integral, preventivo. El siguiente texto escrito en un contexto histórico concreto, debe ser leído e interpretado en el contexto actual. Un hombre estaba ciego y gritaba que lo escucharan, en un encuentro con Jesús, éste hecho saliva en un puñado de tierra, la amasó, le hecho en los ojos al ciego, y el hombre recupero la vista. Leído a secas, el texto es para reírse a carcajadas por el aparente grado de ingenuidad, analicemos.

Hay varios elementos objetivos y subjetivos que componen el contenido político, técnico, moral, social y teológico del texto. La tierra, la saliva, la confianza del hombre necesitado, la sabiduría respecto a la riqueza de los elementos naturales y un corazón amoroso capaz de conmoverse ante la realidad del ciego. La tierra es materia cargada de nutrientes, vitaminas y minerales, base para el desarrollo de todos los seres vivos que existen en la naturaleza. La saliva es líquido producido por el organismo humano, pero éste obtiene el agua del suelo donde se encuentra el sistema hídrico que da vida en todo el territorio. El proceso de preparación de la medicina requiere conocimiento de todo lo existente, consciencia de ser parte de la naturaleza, espiritualidad que conecta con la energía sagrada que subyace a todo y de donde nace un amor profundo por el prójimo. Esta lógica supera la mirada utilitarista del sistema clínico actual.

Todas las sustancias medicinales procesada en los laboratorios del mundo, es extraída de los territorios de nuestros países mientras aquí abundan las poblaciones con padecimientos diversos. En un acto de invasión y colonización económica y territorial, las empresas transnacionales adquieren la patente de lo que corresponde a las comunidades y pueblos, se levantan campañas feroces de convencimiento a la sociedad sobre los avances de la técnica y la ciencia en la fabricación de medicamentos que resuelven los problemas de salud y los pueblos pierden los conocimientos ancestrales que históricamente han garantizado la salud de la gente.

No se rechaza el avance científico en la investigación, elaboración de los medicamentos, el descubrimiento de la anatomía completa del cuerpo humano, el descubrimiento de los generadores secundarios de enfermedad, etc. por supuesto que no. Pero es insostenible e inaceptable un sistema sanitario distanciado de la tierra, de los sistemas hídricos, del conocimiento biológico natural y del amor hacia el prójimo. La red hospitalaria, la cobertura de servicio médico y la adquisición de medicamentos según el mercado y el consumismo no resuelven la grave crisis sanitaria en que la sociedad se encuentra.

Esa ternura y conocimiento con que Jesús atiende al ciego no se refleja en el sistema sanitario que sale corriendo ante emergencias, negando o desconociendo que la enfermedad del paciente es el producto de un orden sistémico que produce enfermedades distintas y que sirve para la acumulación de capitales. Cercano a estos términos conceptuales escuché hablar al Doctor Samuel Santos, dirigente de la plataforma nacional, ante una asamblea. Según su discurso, el sistema de salud debe ser público y de calidad, con amor y compasión por el más excluido al estilo del Nazareno recorriendo las comunidades y pueblos de galilea. Sostiene que es necesario se garantice todo lo que haga posible la salud pública en el país.

Es importante entender que la salud depende en primer lugar, de la alimentación sana y la cultura alimentaria en la sociedad actual está en manos de la agroindustria transnacional a base de agroquímicos, herbicidas, plaguicidas, fungicidas e insecticidas que enferman. El sistema económico nos tiene comiendo veneno “el hombre es lo que come” sentenció Feuerbach y la base alimentaria saludable fue tirada al basurero con las políticas neoliberales que destruyeron la producción agrícola tradicional e impuso la monocultura (banano, palma, piña, caña) entre otros monocultivos de exportación. Nada esta desconectado, todas las partes forman un cuerpo, olvidarlo es padecer de miopía.

La salud pues, depende de todas las condiciones ambientales, económicas, sociales, políticas, culturales, etc. la degradación de todas esas condiciones, los súper ricos que tienen gobierno para ellos y dictadura contra la mayoría, lo han hecho a través del Estado, ese es el instrumento con que han despojado de todos los servicios públicos al pueblo. Nuestra lucha, si bien puede tener acento en un aspecto concreto, debe ser integral.  

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