Los cultivos de la caña de azúcar se expanden cada vez más en El Salvador acabándose el agua que antes era de las comunidades rurales y exponiendo la vida de cientos de familias debido a la quema descontrolada que se realiza durante la zafra.
Los problemas que genera la industria azucarera cada vez son más graves por la falta de vigilancia y control por parte de las distintas instancias del gobierno.
Durante la época de la zafra los cultivos de caña son incendiados de manera descontrolada lo que obliga a las familias rurales a salir de sus hogares para buscar refugio lejos de los incendios, ya que estos provocan humo intenso que invade los cercos que dividen sus casas de los cañales.
Los habitantes han denunciado cientos de veces su temor de que sus viviendas sean incendiadas o sus familiares sufran asfixia debido a los incendios, sin que hasta el momento ninguna autoridad haga algo al respecto.
En cuanto al agua los cañeros han invadido los terrenos en las zonas rurales del país y están explotando el agua de los pozos sin que ninguna autoridad ejerza algún tipo de control.
Además, están haciendo uso abusivo de los plaguicidas provocando contaminación de los acuíferos, enfermedades respiratorias y renales en la población por el uso indiscriminado de avionetas para la fumigación de los cultivos, químicos nocivos que son arrastrado por el viento hasta los hogares de las comunidades vecinas.
Debido a que estos problemas han sido denunciados en repetidas veces sin que ninguna autoridad haga algo al respecto, las familias rurales acompañadas por diversas organizaciones sociales y ambientales se han dado a la tarea de llevar las demandas hasta los ministerios incompetentes para solicitar a los funcionarios públicos demandas específicas que están enfocadas en priorizar la salud de la población y brindar protección al medio ambiente, en especial al agua. Asimismo, se solicita que se visiten las zonas afectadas para que verifiquen la problemática ambiental y de salud de las zonas.
Estas acciones son una medida de presión y hasta el momento se han realizado dos plantones, el primero de ellos realizado en el Ministerio de Salud, realizado en diciembre de 2019; el segundo planto realizado en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en febrero 2022.
La problemática que genera la industria cañera es abordada mediante una campaña de denuncia y concientización que desarrollara la campaña denominada Azucar Amarga, donde se pone al descubierto la crisis que genera el monocultivo.